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  • Madrid es la capital de España, de la Comunidad de Madrid y de la provincia homónima. También conocida como La Villa y Corte, es la ciudad más grande y poblada del país, alcanzando oficialmente 3.207.247 habitantes dentro de su municipio y 6.543.031 en su área metropolitana, siendo por ello la tercera área urbana más poblada de la Unión Europea. Ver mapa
  • Los símbolos de la Villa de Madrid son la bandera carmesí propia de los ayuntamientos castellanos y el escudo tradicional con el oso y el madroño, tocado con corona real antigua, según el actual reglamento de Protocolo y Ceremonial del Ayuntamiento de Madrid. En 2004 la corporación municipal adoptó un logotipo basado en el escudo de la villa, en línea de color azul claro, que es utilizado en los documentos internos y de comunicación externa.

Doce calles curiosas de Madrid

Historias infantiles, homenajes al cine español, juegos de palabras o relatos del Madrid de los Austrias son algunas de las cosas que encierran las placas de las calles de la capital. Hay canciones dedicadas a las calles de Madrid (Quique González, Loquillo o Sabina cuentan con algunas en sus repertorios), en sus vías se han grabado multitud de películas –quién no recuerda a un perturbado Eduardo Noriega corriendo por una desierta Gran Vía en «Abre los Ojos», de Amenábar– y, desde luego, estas calles recogen multitud de historias de los madrileños que han dejado su huella en ellas. Hacemos un recorrido para presentarte algunas de las más curiosas y raras vías de la capital.


1. Calle de Salsipuedes. Su nombre no deja lugar a dudas y tiene su origen en una mera descripción de la vía. Está en Villaverde y es una de las que más curiosidad despierta en la gente. Tras su original denominación, no se esconde ninguna historia, pero es un lugar común para ciudades como Pamplona, Oviedo o Jaén.

2. Calle de la Alegría de la Huerta. El barrio de Los Ángeles (perteneciente al distrito de Villaverde) alberga esta calle que hace referencia a una zarzuela. No es la única. La zona está plagada de nombres de canciones castizas que hacen de este barrio uno de los más «chulapos». Anteriormente, las vías carecían de nombre, por lo que se usaban los números de los bloques para distinguirlas. Esta calle, en concreto, es aún conocida como la de «los cuatrocientos». No tienen desperdicio otras nomenclaturas como calle de Doña Francisquita, calle de La Dolorosa, calle de Gigantes y Cabezudos, calle de La Canción del Olvido o calle de Los Bohemios.

3. Calle de la Lechuga. Es una de las calles más sanas de la capital. El origen de su nombre responde al lugar donde se instalaban los puestos de venta de esta hortaliza. Apenas tiene 6 números, pero sus comercios son la brújula perfecta para indicarnos dónde nos encontramos. En ella está la «Fonda de la Lechuga», el restaurante «El Cogollo» y, por si no fuera suficiente, un bufé libre de ensaladas.
4. Calle de la Pasa. «El que no pasa por la calle de la Pasa no se casa». Así rezaba un antiguo dicho popular sobre esta vía situada a escasos metros de la Calle Mayor. Aquí se encontraba el arzobispado de Madrid, al que era necesario acudir para solicitar contraer matrimonio. Era una época en la que la unión civil no existía, por lo que sólo la eclesiástica tenía validez. Actualmente, es el lugar donde residen los arzobispos y cardenales de la capital.

5. Pasadizo del Panecillo. Situado entre la Basílica Pontificia de San Miguel y el Palacio Episcopal, su nombre se debe a la costumbre del cardenal-infante y arzobispo de Toledo, Luis de Borbón y Farnesio (1727-1785), de dar un panecillo a los mendigos que acudían cada día a una de las ventanas de dicho palacio. Finalmente, suprimieron esta práctica por ser «escandalosa» y el pasadizo fue verjado por ambos extremos para evitar que los pobres se escondieran allí.

6. Calle de Pan y Toros. Es nuestro tópico cultural español derivado del latino «Pan y Circo», pero también es una zarzuela castiza del maestro Barbieri que da nombre a una de las calles más peculiares de la Ciudad de los Ángeles. Es hermana de otras vías como La del Manojo de Rosas, La Chulapona o La Verbena de la Paloma.

7. Calle del Amor Hermoso. Enclavada en pleno barrio de Usera, esta calle da fe –nunca mejor dicho– del peso de la religión en el callejero de Madrid. Entre las más llamativas dentro de esta clasificación están las calles de Válgame Dios, de Ángelus o de Indulgencia y Fe.

8. Calle del Desengaño. Se trata de una de las vías más antiguas de la capital. Su nombre ya aparecía en el plano Pedro Teixeira en 1656. Para justificar su nombre, Madrid ha recurrido a una leyenda, con múltiples variantes. En ella se dice que dos caballeros que iban a batirse en duelo –al parecer, por el amor de una dama– al ir a cruzarse los aceros, una misteriosa sombra negra cruzó los estoques. Los dos hombres la siguieron, olvidando su querella. Después de una larga búsqueda encontraron un repugnante cadáver tendido sobre una tapia. La respuesta de los caballeros ante ello fue: «¡Qué desengaño!». Su fama se ha multiplicado tras el uso de esta calle en la serie «Aquí no hay quien viva».

9. Calle de las Historias de la Radio. El cineasta español José Luis Sáenz de Heredia dirigió esta película en 1955, un filme de tres pequeñas historias basadas en concursos radiofónicos, todas ellas enlazadas a través del locutor Gabriel y su prometida. Situada cerca de la Avenida de Entrevías (donde hay más calles que hacen honor al cine nacional), las historias de sus vecinos se entremezclan en apenas unos metros de casas residenciales.

10. Calle de La Cenicienta. Que hace esquina, ni más ni menos, con calle de la Fantasía. Y en medio de ambas vías, una escuela infantil. Están situadas al sur de la capital, entre las avenidas de Buenos Aires y de Entrevías. Si crees en los cuentos de hadas, recomendable buscar casa aquí.

11. Calle de Tintín y Milú. Llevar al corazón de España a estos dos personajes fue idea del entonces responsable del área de Cultura del Ayuntamiento, Juan Antonio Gómez-Angulo. En 1999, Gómez-Angulo presentó la iniciativa en un pleno como idea para conmemorar el 70 aniversario del cómic, y se aprobó. Fue así como los dos dibujos del belga Hergé que más han influido en niños, adolescentes y adultos llegaron al callejero madrileño, exactamente al barrio de Alameda de Osuna (cerca de Barajas pueblo).

12. Calle de Volver a Empezar. José Luis Garci tiene su particular homenaje en el sur de Madrid, en los alrededores de Entrevías. «Volver a empezar» es el título de una película del cineasta (1982). Como curiosidad, este largometraje fue el primero español en recibir un Oscar. Lo que no sabemos es si aquí algún exiliado también se reencontró con el amor de su vida –como en la película–. Muy cerca de esta vía, Madrid recuerda a otro grande del cine español: Luis Buñuel con «Viridiana» (1961).

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